La sorprendente transformación de Mickey Rourke exboxeador y actor de cine

La apariencia física de Philip Andre Michael Rourke Jr., más conocido como Mickey Rourke, no tiene nada que ver con la que lucía en sus inicios como actor en la década de los ochenta. Sin embargo, no es el tiempo - solamente - lo que ha hecho estragos en el irreconocible rostro del estadounidense, de 64 años, sino las múltiples fracturas que sufrió en su etapa como boxeador, así como las consiguientes operaciones de cirugía estética que se ha realizado. Nacido en Schenectady, Nueva York, e hijo de un físicoculturista amateur, Rourke comenzó a interesarse por los deportes de contacto durante su adolescencia.

Tras entrenarse en defensa personal en Miami, el joven, que entonces se hacía llamar Phil Rourke, aprendió a boxear y, con tan solo 12 años, ganó su primera pela en la categoría de peso mosca. Entre finales de los años sesenta y principios de los setenta, el boxeador sufrió un par de conmociones cerebrales en dos peleas, por lo que los médicos le obligaron a alejarse de los rings durante un año, haciendo que Rourke se retirase temporalmente del boxeo tras 27 victorias y 3 derrotas.

Fue entonces cuando al boxeador le picó el gusanillo por la interpretación y tras participar en varias obras de teatro y películas para la televisión, llegó su debut en la gran pantalla de la mano de '1941', una cinta bélica de 1979 dirigida por Steven Spielberg. Después vendrían otros títulos como 'Fundido a negro' (1980), 'La puerta del cielo' (1980), 'Fuego en el cuerpo' (1981), 'Diner' (1982), 'Eureka' (1983), 'La ley de la calle' (1983), 'Sed de poder' (1984) o 'Manhattan Sur' (1985).

Su interpretación del personaje de Robert 'Boogie' Sheftell en 'Diner' le hizo ganar el premio a Mejor actor de reparto en los Boston Society of Film Critics Award 1983 como en los premios National Society of Film Critics del mismo año. Sin embargo, fue su papel de John Gray en 'Nueve semanas y media', el drama erótico que protagonizó junto a Kim Basinger, el que lo convirtió en el sex symbol que fue a finales de los años ochenta cuando era uno de los actores más atractivos de Hollywood.

Muy aclamados fueron sus interpretaciones en sus dos siguientes cintas, estrenadas en 1987: La película de terror 'El corazón del ángel' y el biopic de Charles Bukowski 'El borracho'. Ese mismo año también estrenó 'Réquiem por los que van a morir', un año después llegaría 'Homeboy', mientras que en 1989 protagonizó 'Francesco', 'Johnny el Guapo' y 'Orquídea salvaje'. Tras una década prodigiosa, Mickey Rourke comenzó la década de los noventa con las películas '37 horas desesperadas', 'Dos duros sobre ruedas' y 'Arenas blancas'. Sin embargo, en el año 1991, el actor decidió dejar el mundo de la interpretación en favor de lo que siempre fue su gran pasión, el boxeo, disciplina a la que volvió para dedicarse de manera profesional.

Y entonces fue cuando comenzaron los cambios físicos del actor, cuya nueva profesión le acarreó numerosos golpes, roturas y operaciones en la cara. "Me rompí la nariz dos veces, por lo que me hicieron cinco operaciones ahí y otra más por una fractura en el pómulo", relató el exboxeador en el año 2009, durante una entrevista para el Daily Mail, donde confesó que la mayoría de sus pasos por quirófano estuvieron dirigidos a arreglar el "desorden" de su rostro por culpa del boxeo. Pero, además, el actor contó con un problema añadido, ya que, tal y como el mismo desveló, "el problema fue que acudí al tío equivocado para volver a reconstruir mi cara. Hizo un desastre con mis facciones". Antes de llegar a esta drástica transformación y tras otras muchas lesiones y una pérdida de la memoria a corto plazo, Mickey Rourke decidió dejar de nuevo el boxeo en 1994, cuando retomó su carrera cinematográfica protagonizando la cinta 'F.T.W.'.