El arte de ser ícono: Raquel Welch
En 1979 Hugh Hefner dijo que Raquel Welch era una mujer aburrida.
Durante muchos años, el mítico editor de Playboy había estado tras el mayor símbolo sexual de la historia de Hollywood. Welch era un ícono del cine. Sus fotos, sin duda, serían una portada inolvidable para la revista. Pero la actriz permanecía firme: nunca se iba a desnudar para él.
“Cuando finalmente acepté que me tomaran fotos para Playboy, le dije a Hefner que iba a posar muy sugestivamente, pero sin desvestirme completamente. Era eso o nada”, recuerda Welch.
Finalmente, Hefner aceptó los términos. En la portada de la revista de diciembre de 1979 Welch luce un vestido de baño rojo de una sola pieza que deja al descubierto sus caderas y que revela un largo torso perfecto; en las páginas interiores, en un artículo titulado “Raquel”, posa para la cámara en un diminuto bikini violeta. Pero nunca revela más de la cuenta.
“Yo simplemente creía que dejar algo a la imaginación tiene un efecto mucho más poderoso en la psicología humana. Además, está la forma en que fui criada por mis padres. Uno no puede cambiar sus actitudes de la noche a la mañana. Son valores de la casa y simplemente yo fui criada así”, explica hoy la legendaria figura de Hollywood. “Él me tildó de mujer aburrida, yo pienso que el aburrido es otro”, remata
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